zaterdag 13 november 2010

Las Estrategias de Política Económica (2)

El Helicóptero contra Míster Euro

La Reserva Federal de EE UU y el BCE toman caminos distintos para enfilar la salida de la crisis

CLAUDI PÉREZ - Madrid - 07/11/2010

Alan Greenspan solía tocar el saxofón en una banda de swing en Times Square, pero ni así logró nunca abandonar ese aire lúgubre por el que le apodan El Enterrador. El banquero central más poderoso del mundo disfrutó durante años de un estatus legendario al frente de la Reserva Federal de EE UU. Hoy es casi un maldito: pese a que ya no estaba al timón cuando la crisis estalló, se le considera uno de los grandes responsables por su fe fundamentalista en los mercados libres, en el delirio de la autorregulación. La historia del ascenso y caída de Greenspan es de alguna forma la de todos los bancos centrales, cuya reputación lleva años sometida a un escrutinio feroz. Cuando empezaron los problemas se les culpó de contribuir a hinchar la madre de todas las burbujas. Después recuperaron prestigio al saltarse el guión para evitar una depresión. Llega la hora del examen final: la larga salida del túnel de la crisis les ha llevado a una encrucijada y los bancos centrales han tomado distintos caminos en un horizonte económico repleto de trampas, como un campo de minas.
Los analistas critican de nuevo la ortodoxia del Eurobanco
La depreciación del dólar desata una oleada de protestas en los emergentes
Esas trampas tienen nombres distintos. La recuperación es demasiado débil para que nadie se sienta a salvo, y menos con niveles de paro imponentes. Los bancos se han convertido en adictos a las ayudas, sin las que muchos de ellos serían carne de cañón. Vuelve la crisis fiscal europea. Y eso no es lo peor: "Lo peor es que la guerra de divisas puede derivar en guerra comercial, con movimientos proteccionistas que si se generalizan empezarían a recordar peligrosamente a la Gran Depresión", avisa Jordi Galí, de la UPF.
Ese es el riesgo: un largo estancamiento, quizás algo aún peor si cristaliza la amenaza de la guerra comercial. Y justo en ese momento crítico de la pecualiar -y larguísima- historia de esta crisis adquiere un protagonismo fundamental el sucesor de El Enterrador Greenspan: Ben Bernanke. El presidente de la Fed es un experto en la Gran Depresión. Esa fue su obsesión como académico, y lo sigue siendo en el banco central: "No seré yo quien presida la Reserva Federal en una segunda Gran Depresión", dijo a principios de 2009, tras la quiebra de Lehman. Lo más interesante ahora para el devenir de la economía es su apodo, Helicóptero Ben: en 2002 aludió a la posibilidad de "usar la impresora de billetes" y "tirar dinero desde un helicóptero" si aparecía la amenaza de una depresión.
Dicho y hecho: en lo peor de la crisis, Bernanke metió 1,75 billones de dólares para salir del hoyo con la compra de bonos a la banca. Ahora EE UU crece, pero menos del 2% y con un paro enorme para los estándares norteamericanos: el 10%. Una salida excesivamente lenta y plagada de peligros, que Bernanke ataca como solía: 600.000 millones adicionales en bonos. "Con los tipos al 0%, no quedan más arma que volcar montañas de dinero sobre la economía para tratar de que vuelva la confianza", dice Charles Wyplosz, del Graduate Institute. El BCE y su presidente, Jean-Claude Trichet, no reaccionan: el euro se dispara tras comprobar que la eurozona se niega a seguir esa senda. "Esta no es la historia de Trichet contra Bernanke; es la de Trichet ayudando a Bernanke", añade.
El presidente de la Fed adelantó esa medida en agosto y desde entonces la Bolsa ha subido, el dólar ha caído, los tipos de interés reales han bajado. Va apareciendo puntualmente la primera ronda de efectos que se esperaban. Pero una cosa es llevar el caballo al abrevadero y otra que el caballo beba: "No está claro que la segunda ronda de efectos, sobre el crédito y el crecimiento, sea tan efectiva; es posible que la medida sea incluso contraproducente", critica Daniel Gros, del CEPS.
Aun así, Bernanke y su equipo defienden su apuesta. "La Fed tiene dos mandatos: por un lado el pleno empleo, por otro mantener la inflación en torno al 2%. La inflación está baja, pero la economía no se reanima con la rapidez que sería deseable: la compra de deuda persigue que eso cambie. Y desde el anuncio de Jackson Hole [la cumbre del pasado agosto, en la que Bernanke dijo que utilizaría toda la munición disponible] los efectos son evidentes", afirma desde Washington David López-Salido, economista español y jefe de estudios monetarios de la Fed.
El problema de algunos medicamentos son los efectos secundarios. Con los males económicos sucede lo mismo: la activación de la máquina de imprimir dinero provoca a corto plazo, y como efecto colateral, un declive del dólar. Y a largo plazo puede que una inflación desbocada. "A largo plazo todos muertos", decía el inevitable Keynes: las protestas arrecian desde hace semanas por las secuelas inmediatas, por el desplome del dólar. Buenas noticias para EE UU, que impulsa sus exportaciones. Malas para el resto de países. Brasil, Corea del Sur y China han salido en tromba anunciando represalias. Aducen que se va a intensificar el flujo de capitales, que se van a hinchar burbujas, se quejan porque un dólar bajo torpedea sus ventas al exterior, que son la base de sus economías.
En el caso de Europa, cuyo banquero central -Míster Euro- descarta seguir ese camino en aras de la ortodoxia, el euro se ha disparado hasta alcanzar los 1,40 dólares y crece la tensión sobre la deuda de los países periféricos. "Los efectos colaterales de la medida de EE UU suponen adentrarse en un territorio peligroso: el de las políticas de empobrecimiento del vecino", advierte Emilio Ontiveros, de AFI. "La Fed viene a decir que ha llegado la hora de arreglar sus propios problemas: Europa se enfrenta a un escenario más preocupante si cabe y el BCE no solo no mueve ficha, sino que anticipa que la política monetaria expansiva está en retirada, pese a que no hay inflación, pese a que el mercado de deuda y la banca aún están groguis. Son malas noticias para países como Irlanda, Grecia y Portugal, y también para España", dice. Aunque entre los economistas la unanimidad es una rareza: "En el conjunto de la eurozona, la situación se está normalizando y es lógico que Trichet vaya indicando que va a retirar medidas extraordinarias", apunta Galí.
El BCE siempre ha sido más ortodoxo, pero las políticas de los dos grandes bancos centrales nunca habían sido tan divergentes. "La coordinación fue fundamental para evitar una debacle; esa cooperación es deseable pero no necesariamente tiene que ser duradera, por los distintos objetivos de las dos instituciones", defiende López-Salido. "El BCE tiene un solo mandato, la estabilidad de precios; Alemania se ha recuperado con vigor y podría afrontar ciertas tensiones inflacionistas. Evidentemente, eso son malas noticias para los países de la periferia, como España, que van a tener que profundizar sus ajustes y ganar competitividad sin ayudas externas de tipo de cambio. Por eso las reformas son cruciales, aunque sean dolorosas", remacha.
La Gran Depresión de los años treinta sobrevuela la política de EE UU. En Europa, el peso de Alemania hace que el fantasma sea la inflación de la postguerra. Esa memoria histórica se agiganta cuando hay problemas. "En su intento por calmar mercados agitados, los banqueros centrales deben bregar con las fuerzas más impredecibles. La habilidad que demuestren a la hora de navegar por aguas desconocidas en medio de estas tormentas será lo que al final cimente o arruine su reputación", escribe Liaquat Ahamed en Los señores de las finanzas. En juego está la del Helicóptero Bernanke y la de Míster Euro Trichet. Es de esperar que el ruido y la furia de los mercados no acaben modificando esos alias por algo parecido a lo de El Enterrador.

maandag 8 november 2010

Las Estrategias de Política Económica (1)

Estados Unidos acerca posturas con China en vísperas del G-20

Washington niega que tenga un plan para debilitar el dólar

S. POZZI - Nueva York - 07/11/2010

Los guiños se suceden entre Estados Unidos y China: yo no te acuso de manipular tu divisa; tú no te metes con las decisiones de mi banco central. Pekín dio ayer una alegría a Washington al mostrar, por primera vez, cierto apoyo —matizado— a la nueva ronda de liquidez anunciada por la Reserva Federal para dar brío a la economía. Se trata de una compra de deuda pública de 600.000 millones de dólares (420.000 millones de euros) que persigue rebajar los tipos de interés, desatascar el crédito y que de paso permite devaluar el dólar y con ello da fuelle a las exportaciones de EE UU.
El bautizado como QE2 está sirviendo de inmejorable excusa a China para seguir interviniendo en el mercado de divisas con objeto de mantener depreciada su divisa, el yuan. El secretario del Tesoro de EE UU, Tim Geithner, ha repetido en las últimas semanas que no va a usar el billete verde como herramienta para ganar ventaja económica, de lo que acusa a Pekín. Ayer lo repitió de nuevo desde Japón.
EE UU hizo ayer campaña en Asia. Geithner aseguró en la reunión de ministros de Finanzas del Asia-Pacífico, en Kyoto, que el imponente flujo de capitales hacia las economías emergentes es reflejo de la confianza que hay hacia esos países. El presidente Barack Obama hizo escala en India, en busca de oportunidades de negocio para aumentar las exportaciones, y de paso dejó caer que rebajará los controles a las exportaciones de ese país.
Incluso el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ofreció nuevas explicaciones sobre la última y controvertida medida de política monetaria: “Tuvimos una deflación muy significativa desde el inicio de la crisis. No estamos satisfechos con una situación en la que tenemos una gran cantidad de desempleo y una inflación que está por debajo del nivel deseable y parece que está en descenso. Es una señal de que se debe hacer más y por eso hemos tomado medidas”, indicó.
Tanto EE UU como China hacen esfuerzos por rebajar el tono de la guerra de divisas a escasos días de la cumbre del G-20 en Corea del Sur. Pero con todos los matices: el viceministro chino de Finanzas, Wang Jun, expresó su preocupación en Kyoto por la maniobra de la Fed relajar la política monetaria, que ha provocado la caída del dólar. “Seguiremos muy de cerca su aplicación”, dijo, para después rebajar ese ataque y en tono más conciliador asegurar que la reactivación de la economía de EE UU “jugará un papel fundamental en la recuperación mundial”. China no es la única preocupada con tanta laxitud monetaria. Brasil teme que acabe creando burbujas. Corea del Sur ha anunciado ya represalias. Y Alemania y Francia la ven como una tapadera para devaluar el dólar. Ante esa escalada de declaraciones, EE UU ha dejado de insistir en fijar para el G-20 objetivos precisos —del 4% del PIB— para limitar tanto los déficits como los superávits en la balanza comercial como vía para reducir los desequilibrios globales, que están detrás de la volatilidad en el mercado de divisas. De nuevo, otro gesto hacia China, que no vio con buenos ojos la iniciativa.
China es, precisamente, el país que más gana con el nuevo reparto de poder en el Fondo Monetario Internacional, anunciado la pasada madrugada y con el que se busca dar más peso a los países emergentes. España también gana posiciones. De hecho, es el único país desarrollado que escala puestos —dos, hasta el décimotercero—, con una cuota del 2%. El cambio fue posible gracias al acuerdo previo de los ministros de Finanzas del G-20, hace dos semanas en Corea del Sur.

Las Relaciones entre EEUU y India (1)

Obama afirma que la alianza con India y EE UU marca el rumbo del siglo XXI

El presidente anuncia contratos con empresas indias por más de 7.000 millones

ANTONIO CAÑO (ENVIADO ESPECIAL) - Bombay - 07/11/2010

Estados Unidos e India crearán "la alianza definitoria e indispensable del siglo XXI", afirmó ayer Barack Obama al relanzar en Bombay una relación bilateral muy compleja, sometida a múltiples obstáculos e incertidumbres, pero cargada de unas posibilidades excepcionales, como corresponde a la mayor potencia mundial y a la nación de más rápido crecimiento económico, tecnológico y poblacional.
      Estados Unidos

      Estados Unidos

      A FONDO

      Capital:
      Washington.
      Gobierno:
      República Federal.
      Población:
      303,824,640 (est. 2008)
      India

      India

      A FONDO

      Capital:
      Nueva Delhi.
      Gobierno:
      República.
      Población:
      1,147,995,898 (est. 2008)

    La noticia en otros webs

    "Este país es una democracia y lo apoyamos", destaca el mandatario
    Menos del 20% de la población india superará los 60 años en 2050
    Obama anunció ya algunos primeros logros de esa alianza: la firma de contratos por empresas norteamericanas de ventas de productos en India por valor de 10.000 millones de dólares (7.100 millones de euros), que servirán para crear más de 54.000 puestos de trabajo en el necesitado escenario laboral estadounidense. A cambio, Estados Unidos liberalizará la penetración en su mercado de algunas firmas tecnológicas que requieren ese acceso para su crecimiento.
    Más acuerdos pueden anunciarse en el futuro como consecuencia de la conferencia de negocios que ha reunido en Bombay a medio millar de algunos de los principales empresarios indios y norteamericanos. Transporte, construcción, maquinaria pesada, vehículos militares, electrodomésticos, fertilizantes..., India necesita prácticamente de todo y genera dinero para pagarlo.
    El mercado indio, con una población de 1.200 millones de habitantes, un crecimiento económico anual en torno al 9% y el florecimiento acelerado de una clase media ansiosa de consumo y amante de todo lo norteamericano, es desde hace tiempo un objetivo prioritario de Estados Unidos. Obama es el sexto presidente norteamericano que visita este país y el tercero que lo hace consecutivamente.
    Otras prioridades políticas y las necesidades estratégicas de esta región han dificultado hasta ahora la consumación de la opción por India. De hecho, EE UU representa actualmente menos del 10% de las importaciones de India: vende menos a este gigante asiático que a Holanda, cuya población es inferior a la de Bombay. Popularmente, además, India ha ganado fama entre los norteamericanos, no como oportunidad de negocio, sino como el vampiro que les roba sus puestos de trabajo.
    Obama quiere ahora darle un nuevo brío a esta apuesta. Consumirá tres días en este país, más de lo que ha estado antes en ninguna de sus visitas al extranjero. "El hecho de que el presidente esté involucrado con su presencia para aumentar la cooperación y el intercambio de tecnología puede ayudar mucho, y de hecho ayuda", dijo ayer James McNerney, el presidente de Boeing, una de las marcas presentes en la conferencia de Bombay con mejores expectativas de negocio.
    Los problemas para aumentar el intercambio y consumar esa alianza son, desde luego, numerosos. A las dificultades que representan las continuas tensiones con Pakistán, se suma cotidianamente un muro difícil de penetrar por los inversores: una desastrosa infraestructura, una corrupción imparable y la extensión de una peligrosa guerrilla maoísta en algunas áreas del país.
    En China, el gran rival de India en la apuesta por los mercados globales, el Estado garantiza la seguridad, planifica con éxito el desarrollo de sus infraestructuras y combate sin piedad -con pena de muerte- la corrupción. Es, en resumen, un mercado más accesible y sencillo.
    Pero Obama destacó ayer algunas cualidades por las que India puede aventajar a China. "Los norteamericanos van a respaldar la alianza con India", declaró el presidente, "porque este país es una democracia que aprecia los derechos humanos, el pluralismo y que ha desarrollado una cultura emprendedora".
    Los elogios a la democracia india se han escuchado ya muchas veces como parte de la retórica tradicional sobre las dos mayores democracias del mundo. Pero es digno de consideración, en cuanto a la comparación con China, que mientras allí, bajo un régimen autoritario, se está desarrollando un fuerte capitalismo de Estado al que no se ve futuro sin ese manto protector, aquí, en un sistema democrático, han crecido empresas enormemente competitivas que acceden con éxito a mercados en todo el mundo. Además de los casos conocidos de Mittal, la mayor firma de acero del mundo, y de Tata, la gran marca de automóviles que ahora fabrica también los prestigiosos Land Rover, diariamente surgen nuevas compañías muy innovadoras. Aquí se fabrica, por ejemplo, el coche de 2.000 dólares y los ordenadores portátiles de 45 dólares, dos productos que pueden llegar a revolucionar el mundo.
    El futuro de India es, desde todos los puntos de vista, una gran oportunidad: en 2050, cerca del 40% de la población de Estados Unidos tendrá más de 65 años; en Alemania, cerca del 60%; en India, menos del 20% de su población pasará de los 60. Será la sociedad más joven del mundo y quizá la mejor formada, si mantiene su apuesta por el aprendizaje de las matemáticas, las ingenierías y las ciencias.

    Las Relaciones entre EEUU y India (2)

    Obama choca con el aislacionismo de EE UU

    La preocupación por satisfacer a sus electores impide al presidente una política exterior más ambiciosa - Asia observa con recelo los movimientos de Washington

    ANTONIO CAÑO, ENVIADO ESPECIAL - Nueva Delhi - 08/11/2010

    Este es un gran momento para estar en Asia, la región de la que ya depende el futuro de la economía mundial. Pero este es un pésimo momento para que Barack Obama esté en Asia. La visita del presidente norteamericano, que continuó ayer en India, choca cada día en Estados Unidos contra una fuerte corriente aislacionista y populista que las recientes elecciones estatales y legislativas han puesto crudamente de manifiesto.
      Barack Hussein Obama

      Barack Obama

      A FONDO

      Nacimiento:
      04-08-1961
      Lugar:
      Honolulu
      Estados Unidos

      Estados Unidos

      A FONDO

      Capital:
      Washington.
      Gobierno:
      República Federal.
      Población:
      303,824,640 (est. 2008)

    La noticia en otros webs

    "Obama ya tiene los contratos, el resto no le importa", dice un analista indio
    Hay una dura pugna en EE UU sobre los riesgos y ventajas de la globalización
    La declaración más reveladora sobre el contexto de este viaje no la ha hecho Obama en India, sino, desde otro punto de Asia, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que está en Hong Kong al frente de un congreso internacional de grandes ciudades. "Si te fijas en Estados Unidos y en quienes están eligiendo para el Congreso, es gente que apenas sabe leer. Apuesto a que un montón de ellos ni siquiera tienen pasaporte. Si no tenemos cuidado, estamos a punto de empezar una guerra comercial con China, y estoy seguro de que muchos no saben siquiera donde está China", dijo ayer el respetado empresario y político republicano a The Wall Street Journal.
    El alcalde alude en parte a las durísimas críticas que durante la reciente campaña electoral estadounidense se han hecho contra China, a la que los candidatos republicanos, y muchos demócratas, demonizaron como la nueva amenaza contra el bienestar de los norteamericanos, el principal culpable de que desaparezcan puestos de trabajo en Ohio y desciendan las expectativas de progreso de las próximas generaciones.
    El caso de India es similar. Varios comentaristas, también en la izquierda, han reprochado a Obama que escoja como primer destino de su gira tras el fracaso electoral un país que los estadounidenses identifican con el trasvase de empleos, con la utilización maliciosa por parte de las empresas de este mercado barato de mano de obra para situar aquí sus centros de comunicación y sus plantas de producción, privando de ellos a sus compatriotas.
    El propio Obama no ha sido completamente ajeno a la promoción de esos miedos provincianos, con una defensa proteccionista en muchos de sus discursos de medidas que favorezcan a las empresas que creen puestos de trabajo dentro de EE UU. Ahora, su viaje se ve perjudicado por esa postura y sus opciones de conseguir alianzas estratégicas de largo plazo se ven considerablemente disminuidas. India se siente perjudicada por esa imagen, China se prepara para lo peor y toda Asia observa con recelo los próximos movimientos en Washington.
    El presidente derrocha en esta gira gestos para aliviar esas sospechas. Ayer bailó, junto a su esposa, Michelle, con los niños de una escuela de Bombay para celebrar una fiesta y participó en una charla con estudiantes, que le preguntaron abiertamente sobre los asuntos más delicados. Obama admitió que uno de los retos más difíciles para EE UU en estos momentos es "ver cómo es capaz de responder, desde una situación de crisis económica, a los desafíos de la globalización. (...) EE UU estaba acostumbrado a ser, sin contestación, la mayor economía del mundo; ahora lo sigue siendo, pero tiene que competir con países como India, China o Brasil". Obama pronosticó una dura pugna en su país "entre aquellos que ven la globalización como una amenaza y los que lo ven como una oportunidad".
    De momento, parecen imponerse los que lo consideran un peligro, incluso en la Casa Blanca. Tras los resultados electorales, este viaje fue promocionado en Washington -así lo dijo el propio Obama antes de subirse al avión en la base de Andrews- como una iniciativa para responder a las dificultades económicas de los norteamericanos, relegando a un lugar secundario los graves problemas propios de esta región.
    No se puede hacer una gran política internacional con el único propósito de satisfacer a los votantes en casa. Pese a la cortesía oficial que domina este tipo de acontecimientos, los indios perciben esta visita como una oportunidad perdida, o al menos devaluada. "Obama ya ha conseguido los contratos y el titular sobre los 54.000 puestos de trabajo; el resto del viaje no le importa lo más mínimo", decía ayer el comentarista de una cadena de televisión local aludiendo a los 10.000 millones de dólares firmados por empresas norteamericanas para la venta de sus productos en el mercado indio.
    Quizá sea un juicio exagerado, pero no se aleja mucho del interés que la prensa norteamericana demuestra en este viaje, casi unánimemente concentrado en estos primeros días en el encuentro que el presidente tuvo en Bombay con 200 ejecutivos de algunas de las principales firmas de Estados Unidos.
    India está interesada en las inversiones norteamericanas, pero también tiene otras preocupaciones de carácter económico, político y de seguridad sobre las que le gustaría ver mayor interés de parte norteamericana.
    De todos esos asuntos empezaron a tratar anoche en una cena en Nueva Delhi el presidente estadounidense y el primer ministro indio, Manmohan Singh. Es la sexta vez que se reúnen desde que Obama es presidente. Tantas como con el presidente de China. Singh fue el primer jefe de Estado extranjero que hizo una visita oficial a Washington durante esta Administración y siempre ha recibido un trato muy deferente de Obama, que una vez dijo de él: "Cuando Singh habla, todo el mundo escucha". Hay que ver si esa autoridad sirve ahora para que EE UU se tome a India en serio, no en la retórica sino en los hechos.